nomades - manuela suárez

“(…)el interés por narrar no tanto la historia de los individuos separados o las comunidades más o menos orgánicas como la historia de las relaciones entre criaturas que no poseen de antemano un horizonte común, que se encuentran en un territorio que desconocen, y que improvisan las cambiantes normas que regularán, bien o mal, la relación en el curso de su despliegue. Estas composiciones de individuos, estas redes de relaciones están montadas en una general fluctuación de la cual son remansos o crestas.”
 
Reinaldo Laddaga
Estética de laboratorio. 2010
 

¿Qué es lo que hace que una vida se configure como experiencia? ¿Qué tipo de operaciones logran producir una diferencia en el flujo incesante de afectos y percepciones que nos atraviesan? Tal vez los viajes y las narraciones puedan contarse entre las infrecuentes actividades configurantes contemporáneas.  Pero volvamos al principio. En el inicio es la dispersión. Ellas “podrían matarse”. Sería una alternativa más en la deriva aleatoria que, inconsecuentemente, las mueve o las estabiliza. “Me acuerdo de ese momento en el que no me importaba nada. Es como si ese estado hubiese cambiado, pero quedaron residuos. En cierto nivel de una conversación pierdo el interés, frente a los artilugios del lenguaje quedo bloqueada porque eso despierta en mí un discurso mucho más rápido que el pensamiento, me enredo, repito y lucho conmigo misma. Pero instalan una diferencia, inician un viaje. El nomadismo difiere de la deriva aleatoria. Configura una trayectoria. De modo prospectivo o retrospectivo. Eso no importa. Lo importante es que instaura un proceso de subjetivación. (…)  Del nomadismo a la composición. Cambio de régimen en la actividad configurante. Prácticas experimentales y procesos de documentación que traman colectivamente modos de vida. No mirábamos la técnica específicamente o el material, veíamos una función de grupo, de investigación.  El proceso de la autoorganización es expansivo y todo el tiempo instaura nuevas conexiones que desencadenan procesos de autoalteración de las lógicas de pensamiento y los regímenes de percepción. El proceso expansivo bordea la desconfiguración, pero asume ese riesgo como apuesta experimental. “Sentí que el cuerpo se me llenaba de una circulación de fluidos nuevos o viejos con otro movimiento, no era una experiencia sólo mental. Me miraba los brazos y las piernas y la piel se levantaba apenas como si adentro me estuviera corriendo algo por las venas y entre los músculos, se podía ver y tocar, fue un poco impresionante. Pero como la sensación de eso era suprema traté de enfocar mi juicio sobre la experiencia total, no sólo la imagen de mi piel levantándose por todas partes. No podía explicar qué era lo que había mejorado en mi vida a partir de ese hecho pero me daba cuenta de que el momento iba a ser uno de los que me iban a quedar en la cabeza para siempre.” Sin embargo, la dinámica se interrumpe. (…) Es el cierre identitario. Un pesadísimo bloqueo del devenir. Una cristalización de la composición que, sin apertura al exterior, no logra reanudar su proceso. El desbloqueo se constituye como nuevo desafío de subjetivación. La fuerza se pliega sobre sí misma. La autoalteración se ve obligada a operar con mínimos recursos. La mutación necesita desplegarse de modo inhumano.  “A esta altura no sé si mutamos de especie capaz somos otros seres nuevos y seguimos pensando como seres humanos y lo mejor sea utilizar los poderes humanos para adaptarlos a esta nueva especie que somos.” La deconstrucción del cierre identitario, lejos de adquirir un carácter conclusivo, toma la forma de un reanudamiento. La caída logra devenir paso de danza. Tiene lugar nuevamente la dinámica expansiva. Con sus posibilidades. Con sus riesgos.

Franco Ingrassia

Noviembre de 2011

+

una reseña del libro escrita por dardo ceballos para club de fun aquí
el primer capítulo leído por su autora aquí